Una dieta consiste en una reeducación nutricional, insertada en un estilo de vida saludable que incluye una serie de buenos hábitos, tales como:
Las dietas para adelgazar son programas que explican los alimentos que deben tomarse durante ciertos períodos de tiempo. Generalmente incluye una lista de sugerencias sobre cómo preparar, cocinar y organizar las comidas para lograr un cambio en el peso corporal. Para obtener buenos resultados es absolutamente necesario que el tratamiento sea personalizada y adaptada a los hábitos y estilo de vida de cada paciente.
El especialista debe enseñar nuevas formas de cocinar los alimentos para que la comida siga siendo apetecible. También hay que trabajar con el paciente las emociones para controlar la ansiedad, el estrés o cualquier dificultad que pueda tener en este proceso.
Según un informe del año 2014 sobre el consumo de alimentos en población infantil y adolescente, la calidad de la dieta de los niños/as y adolescentes mexicanos es mejorable, ya que se caracteriza por un bajo consumo de hidratos de carbono en detrimento de proteínas y grasas, especialmente saturadas.
Todo esto afecta después a la edad adulta, en este momento de la vida muchas personas deciden someterse a un régimen de alimentos para poder eliminar los kilos de más, ganar en salud y sobretodo, aprender buenos hábitos alimenticios. El problema es que no todas las dietas son saludables y es necesario realizarlas con profesionales médicos para evitar el efecto yoyo.
La mayoría de las veces, se prescribe con el propósito de perder peso, sin embargo, en algunos casos, las razones pueden ser diferentes, como las restaurativas o los requisitos dietéticos para ciertas enfermedades como la diabetes.
Elegir seguir un régimen alimenticio no es solo una cuestión de pérdida de peso, sino sobre todo, una opción de mejora general del estilo de vida, que traerá numerosos beneficios no solo estéticos. Además, una buena alimentación ayuda a prevenir la aparición de algunas enfermedades crónicas relacionadas con el sobrepeso (diabetes, trastornos cardiovasculares, hipertensión, etc.).
Los especialistas advierten sobre el riesgo de las dietas milagro ya que al no tratarse de dietas sanas y equilibradas, pueden acarrear secuelas negativas sobre el organismo como déficit de proteínas, efecto rebote, pérdida de líquidos y masa muscular entre otros.
Se define el sobrepeso y la obesidad como "una acumulación anormal o excesiva de grasa que representa un riesgo para la salud, generalmente causado por una mala nutrición y un estilo de vida sedentario". Hoy en día, los problemas relacionados con la obesidad están aumentando, UNICEF dice que en Europa 1 de cada 3 niños tiene sobrepeso, un porcentaje 3 veces mayor que en 1975. En el mundo adulto, los porcentajes son igualmente preocupantes: Según estudios, el 39,3% de los españoles sufren sobrepeso y el 21,6% obesidad.
El parámetro utilizado para establecer el sobrepeso es el IMC: el índice de masa corporal, que mide la proporción de grasa en relación con la masa magra y se calcula dividiendo el peso del sujeto por sus dimensiones en metros cuadrados (kg / m²). Dependiendo de su IMC, estarás en una de las siguientes categorías:
Si decides llevar a cabo un tratamiento alimenticio, ya sea un niño o un adulto, es esencial consultar siempre a un profesional de la salud: un nutricionista o un dietista. Hay muchas diferencias entre nutricionista y dietista. Para empezar, un dietista es un médico, mientras que un nutricionista es un biólogo que se especializa en ciencias de la alimentación. La principal diferencia entre los dos es que el primero puede diagnosticar, recetar medicamentos y analizarlos, mientras que el segundo es un "educador de nutrición".
Ya sea que elija un nutricionista o un dietista, es esencial verificar con anticipación que tu especialista tenga todas las cualificaciones para brindarte asistencia médica seria y de calidad. Para esto, es posible recurrir a organizaciones o sociedades de nutrición.
Durante la primera visita con un dietista o nutricionista, el especialista llevará a cabo una evaluación completa de tu cuadro clínico. La primera consulta dura aproximadamente una hora, el médico te dará una entrevista en profundidad para conocer tu estilo de vida, tu historial médico y tus necesidades o expectativas y, sobre todo, cuáles son tus hábitos alimenticios. Después llevará a cabo un cuestionario en profundidad para comprender cómo organizas tus comidas y qué alimentos comes más, para identificar hábitos incorrectos y cambiarlos.
Tu índice de masa corporal se medirá gracias a una herramienta especial de pinza, el plicómetro. Otra opción es la báscula de bioimpedancia elèctrica que calcula la grasa, el peso, los líquidos corporales, etc. Si es necesario, el médico también podrá prescribir exámenes médicos adicionales para descartar ciertas patologías. Una vez que se haya aclarado el marco de referencia, se te entregará su nuevo plan de alimentos personalizado que deberá seguir en las próximas semanas haciendo visitas de control mensuales.
Según los profesionales es fundamental que sea personalizada elaborada después de conocer la historia clínica detallada del paciente, realizar una encuesta de hábitos alimentarios y practicar una exploración física que incluye peso, talla, cintura, porcentaje de grasa corporal, masa muscular, etc. Una vez que se tienen todos estos elementos, se preparará un régimen adaptado a los gustos del paciente para que sea más fácil de seguir.
Después de la primera consulta es esencial ser constante durante las visitas de seguimiento, ya que permiten monitorear las mejoras del paciente y modificar el plan para adaptarlo a sus necesidades. En esta ocasión, el médico anotará tus medidas y tu peso y podrá seguir tus mejoras junto con a ti paso a paso.
La duración dependerá del programa definido por el nutricionista o dietista. La dieta puede ser un cambio desafiante, nuestro consejo es solicitar siempre que se adapte a tus necesidades (y tus patologías si es necesario) y acompañarla siempre con una actividad física adecuada. Siéntete libre de hablar con tu médico acerca de tus dificultades, te ayudará a superarlas.
Los profesionales apuntan que el objetivo fundamental en el tratamiento del sobrepeso es conseguir una pérdida de grasa de forma sostenible. Es decir, que se pueda mantener a lo largo del tiempo gracias a unos hábitos dietéticos y de ejercicio físico saludables.
Hay una multitud de dietas diferentes. Si bien algunos métodos han demostrado ser efectivos, otros han sido culpados por su efecto perjudicial a largo plazo. Aquí están las 10 más populares.
Las dietas permiten perder importantes cantidades de peso, modificando la silueta de una persona, sin embargo, los tejidos de la piel a menudo sufren una fuerte pérdida de peso, creando el efecto desagradable del vaciado y el exceso de piel, esto ocurre especialmente en los brazos, la espalda y el estómago, las nalgas y el pecho. Para corregir estas imperfecciones existen diferentes soluciones quirúrgicas, como el lifting facial con el que es posible obtener excelentes resultados.
Para mantener los resultados obtenidos, nuestro médico nutricionista nos brindará algunos consejos útiles y una dieta de mantenimiento, menos prohibitiva, pero eso nos ayudará a no volver a tomar los kilos de más.
Los profesionales apuntan que es mucho más difícil abandonar si se ha elaborado teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada persona en cuanto a gustos personales, horario de trabajo, nivel de ejercicio físico, vida social, posibles alergias, etc
Los efectos de una dieta sin asesoramiento profesional pueden ser extremadamente perjudiciales para la salud, por lo que siempre es recomendable ponerse en contacto con un especialista en el sector médico para acordar con él un plan de alimentos personalizado basado en tus necesidades.
Los riesgos para la salud de una dieta desequilibrada son muchos:
Antes de elegir el régimen a seguir, es necesario llevar a cabo análisis de control para excluir patologías graves y es muy importante asistir regularmente a la visita del médico para garantizar que la pérdida de peso sea gradual y correcta.