Está especialmente indicada para aquellos que desean remodelar su cuerpo, a través de una redefinición y redistribución de volúmenes. Nuestro cuerpo a veces tiene depósitos de grasa que son difíciles de eliminar con el ejercicio o con dietas bajas en calorías, para eliminarlos es necesaria la cirugía.
La lipoescultura no es una alternativa para combatir la obesidad, sino que se considera un método útil para remodelar el perfil del cuerpo mediante la eliminación de la grasa ubicada en algunas partes del cuerpo, como glúteos, muslos, tobillos y rodillas. La diferencia tras la cirugía, se percibirá más en el espejo que en la báscula. Es por ello, que el paciente idóneo es aquel que tiene un estilo de vida saludable y no muestra problemas de sobrepeso, pero que sin embargo, acumula grasa en regiones muy localizadas.
El perfil ideal es, por lo tanto, un sujeto que goza de buena salud, peso normal con acumulaciones de grasa localizada, y con un buen tono y un alto grado de elasticidad de la piel. Los sujetos que se encuentran en una situación de sobrepeso leve pueden someterse a una cirugía, aunque los resultados que pueden obtenerse serán ciertamente menos válidos y lipoescultura se generá flacidez y se retrae peor la piel,. Por este motivo, lo ideal es realizar la lipoescultura y después (aprovechando la fuerza de retracción de la lipoescultura) la dieta.
Dado el importante papel desempeñado por el tejido epidérmico en este tipo de tratamiento, es importante recordar que la edad puede ser un límite para lograr resultados óptimos. En las personas mayores, la pérdida de elasticidad natural de la piel podría comprometer el resultado de la operación. Será tu cirujano de confianza el que evaluará tu caso y te recomendará la mejor intervención.