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La nariz es el centro de nuestro rostro, por tanto, una afección estética o funcional no es para nada agradable presentarla, mucho menos una patología que aún no está del todo definida y presenta poca investigación.
Cuando se presentan problemas funcionales en la nariz obviamente la persona que lo padece presenta más allá de un simple malestar, pues es incómodo y no es para nada agradable. La nariz tapada, sentir alergia y presentar aumento de mucosidad es a menudo algunas de las afecciones que padecemos. Sin embargo, el problema no solo radica ahí, en tener una nariz congestionada y las afecciones ya mencionadas, sino que a este malestar se le suman otros más: aturdimiento en las orejas, mareos por falta de aire, etc. Es un hecho que es molesto, pero ¿Te imaginas que esto te suceda todos los días?
La rinoplastia se encuentra diseñada para atender las necesidades estéticas de la nariz, pero, como secuela, puede ser que tras una rinoplastia la persona presente síntomas del síndrome de nariz vacía, como los que ya hemos mencionado. Estos síntomas se presentan aún cuando la nariz se encuentra perfectamente estructurada para permitir una adecuada respiración
Síndrome de nariz vacía
Este síndrome se caracteriza por ser una patología rara, debilitante y crónica.
Se manifiesta debido a que la nariz se ve dañada a consecuencia de una separación o reducción de los cornetes, ya sea inferiores o medios. Para modificar las condiciones de los cornetes, se puede realizar una intervención que permita su correcta función y ésta es la rinoplastia.
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Los cornetes nasales se constituyen de hueso, conocido como esponjoso y se cubren por una fina capa de mucosa nasal. Se encuentran ubicados en la parte lateral de cada fosa. Los cornetes realizan una función muy importante en la nariz, lo cual permite tener una adecuada respiración. Éstos se encargan de humedecer, filtrar y mantener el aire a temperatura antes de que se aloje en los pulmones. En caso contrario, cuando los cornetes no llevan a cabo una adecuada función, el aire que respiramos entra directo a los pulmones y puede causar afecciones recurrentes; es decir, puede ocasionar otras patologías.
Los síntomas de la nariz vacía son muy variados y se clasifican en diferentes niveles. Puede ser que después de una rinoplastia estos síntomas aparezcan, aún cuando ya han pasado años; aunque, la medida es de aproximadamente 8 años después.
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Síntomas del síndrome de nariz vacía
Se manifiesta después de haberse sometido a una rinoplastia. Entre los síntomas principales que se padecen son: sequedad, atrofia de mucosa, dolor y sensación de quemazón al respirar aire frío, dolor dental, dolor facial, dolor de cabeza, costras derivadas de infecciones. Es común que la secreción nasal aumente, aunque, también puede volverse anómala. El no poder dormir también forma parte de la manifestación del síndrome de nariz vacía.
A simple vista esta afección no se puede observar, puesto que la cavidad de las fosas nasales del paciente son amplias, pero presentan obstrucción nasal, lo cual significa que provoca una mala respiración: profunda y lenta. Cuando existe pérdida de sensibilidad de flujo aéreo nasal, es probable que se acompañe de más síntomas: mareo, falta de aire, aturdimiento.
El síndrome de nariz vacía no solo es un problema fisiológico, pues también causa malestar psicológico: la falta de concentración, cansancio, preocupación, irritación, fatiga, dificultad para respirar encamina a padecer ansiedad y depresión.
Diagnóstico del síndrome de nariz vacía
Ante todo, debes acudir con un especialista, quien puede ser un otorrinolaringólogo. El profesional se encarga de realizar una exploración física, para ello puede recurrir a diferentes técnicas: rinoscopia o endoscopia. Asimismo, se encargará de llevar a cabo pruebas que complementan el diagnóstico.
Cabe destacar que, entre las pruebas más importantes se encuentra el realizar cuestionarios específicos que permitan saber el grado de gravedad que presenta el paciente y qué tanto afecta a éste.
Tratamientos para el síndrome de nariz vacía
Hoy en día son diversos los tratamientos que existen para corregir el síndrome de nariz vacía. Se dividen en dos: tratamiento quirúrgico (intervención) y no quirúrgicos; dependerá de la gravedad de los síntomas que presente el paciente para determinar cuál es la opción indicada.
- Tratamientos no quirúrgicos: se basan en conservar y mejorar las condiciones de la mucosa nasal que aún queda en los pacientes. Claro está, que este tratamiento es para quienes no presentan una afección avanzada y los síntomas sean leves. Por tanto, en caso de que aún exista mucosa, ésta debe mantenerse húmeda mediante un riego sanguíneo. El tratamiento se enfoca en proteger la mucosa de infecciones e irritación. Spray nasal de solución salina, cremas, gel hidratante son las alternativas que se emplean para mantener hidratada la mucosa; así como llevar una adecuada dieta, tomar fármacos, entre otros.
- Tratamientos quirúrgicos: se encuentran enfocados en estrechar el espacio que ha causado la rinoplastia. Para una mejor función, los cornetes se deben aumentar, ello por medio de implantes, láminas de regeneración dérmica, injerto de cartílago, implantes sintéticos debajo de la mucosa. Una vez más, toca al profesional determinar la solución más adecuada.
Son dos tratamientos que se encuentran en los primeros lugares para tratar dicho síndrome, se trata de realizar injertos de grasa con células regenerativas y otro a base de células madre.
Como lo has podido notar, este síndrome se debe a un efecto de una rinoplastia quizá no bien realizada; por tanto, si quieres evitar este síndrome, es importante que al realizarte una rinoplastia acudas con manos experimentadas y capacitadas. Si bien, es un hecho que todas las intervenciones o procedimientos que conforman a la cirugía plástica no están exentos de riesgos, pero es mejor que antes te informes de los posibles efectos secundarios que puedan surgir una vez que te hayas practicado determinada cirugía. Por otra parte, al saber de los efectos que se pueden no desistas de practicarte alguna cirugía plástica, la clave está en acudir con el mejor cirujano; de lo contrario tu malestar no sólo será estético, sino que también pasará a ser psicológico.
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