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Licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo. Actualmente, redacto contenidos sobre medicina y cirugía estética, belleza, salud y bienestar.
El embarazo es una de las experiencias más hermosas que viven las mujeres: los primero movimientos en el vientre, las primeras pataditas del bebé, escuchar el latir de su corazón por primera vez. No obstante, también esta etapa también se acompaña de momentos que no son tan gratos: pies hinchados, estrías, cansancio, sobrepeso, incontinencia urinaria, dificultad para mantener relaciones sexuales y demás secuelas que afectan incluso la vida personal.
Es muy cierto que el cuerpo de la mujer presenta cambios y éstos no solo duran nueve meses, se prolongan y pueden significar un serio problema. Entre los cambios que presenta el cuerpo femenino está el estiramiento de los tejidos a causa del crecimiento del bebé, lo cual también genera presión en la zona pélvica. Después del parto, la estructura de los músculos y ligamentos que sostienen la vejiga y útero ya no son lo mismo, quedan laxos, flojos; en el peor de los casos, descienden los órganos pélvicos (útero y vejiga). Tras colapsar estos órganos, como consecuencia, se padecen incontinencia urinaria y dificultad para mantener relaciones sexuales.
Por otra parte, el que exista un prolapso pélvico, no significa que el único responsable sea un embarazo. La menopausia produce este cambio en el organismo; aunque, también cirugías como la extirpación de útero (histerectomía), sean del carácter que sean, provocan un descenso de la uretra, ya que se pierde la sujeción de la estructura que anteriormente sostenía a ésta.
Otros factores que, por igual provocan la pérdida de sostén pélvico, son: estreñimiento y obesidad. De hecho, especialistas señalan que un 50% de las mujeres recurrirán a una cirugía para corregir el problema.
Es en la década de los 90 que las mallas vaginales surgieron a fin de corregir el prolapso pélvico.
Las mallas vaginales se caracterizan por ser implantes de poliuretano que se implantan en la zona vaginal; el propósito es dar sostén a los órganos (útero, uretra) que han descendido. No obstante, a estas mallas vaginales se les asocian problemas, ya que, algunas mujeres dicen presentar dolores severos en la parte abdominal y vaginal a consecuencia del implante de éstas. Mujeres australianas y alrededor del mundo han usado este tipo de malla vaginal, pero su mayoría denunció el caso de molestias a raíz de su colocación.
Hasta aquí hemos mencionado los riesgos y molestias que ocasionan las mallas vaginales: dolores abdominales y punzantes dolores vaginales. Sin embargo, las molestias no se detienen ahí, ya que también se ve perjudicada la calidad de vida de la paciente y su salud. Algunas otras complicaciones que generan dichas mallas son las siguientes:
Las mujeres que se ha sometido a la malla pélvica para corregir el prolapso pélvico, aseguran presentar aún molestias, lo cual ha ocasionado presentar dificultades no solo a nivel de salud, sino también a nivel emocional y en especial en al momento de mantener relaciones sexuales con su pareja. Además, el retiro de la malla se ve complicado debido a que se encuentra colocada cerca de nervios que dificultan su extracción.
Debido a las dificultades y molestias que ocasiona a las pacientes el uso de esta malla, la FDA ha repensado el uso de este tipo de implante; por lo tanto, recomienda optar por otras alternativas para tratar de corregir este tipo de problemas, dejando a las mallas como última alternativa.
Afortunadamente existen otras alternativas para dar sostén a los órganos pélvicos y con ello las mujeres puedan recuperar su calidad de vida y mejorar considerablemente su salud. Hoy en día la medicina estética no para de sorprender y por ello pone al alcance de las mujeres que padecen este tipo de molestia tratamientos que mejoran su vida íntima y personas, así como mejorías en su salud.
Entre los tratamientos estéticos se pueden encontrar aquellos que no son invasivos y otros que sí requieren quirófano y cirugía. A continuación te compartimos los tratamientos que existen como alternativa a las mallas polémicas:
Si después de tu embarazo o en tu menopausia presentas esta condición y todo lo que conlleva, es recomendable que acudas por ayuda de profesionales, en especial un cirujano especializado en cirugía íntima o en los tratamientos ya mencionados. Además, al acudir con un profesional tienes la certeza de recibir atención personalizada y por tanto, se te brindará el tratamiento más adecuado a lo que presentas.
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