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Licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo. Actualmente, redacto contenidos sobre medicina y cirugía estética, belleza, salud y bienestar.
"Todo en exceso puede ser malo" es una frase que aplica en todos los ámbitos de nuestra vida y por su puesto, en la cirugía plástica y tratamientos estéticos no son la excepción. Bien dicen que todo se debe tomar con moderación y pensar dos veces las cosas antes de hacerlas. Retoques en la nariz, liposucción, aumento de busto o reducción de pecho, entre otros procedimientos más pueden dar excelentes resultados a nivel psicológico y estético pero todo tiene un límite y siempre debes anteponer tu salud y bienestar.
Todos, de una forma u otra nos preocupamos por nuestro bienestar emocional pero también por el físico. Para muchos, un cuerpo lindo, cuidado y armónico se convierte en un reto en un deseo y en una prioridad. Sin embargo, hay que tener cuidado cuando el teme se vaya de las manos y se convierte en obsesión. En la actualidad, cada día el número de personas que se someten a alguna cirugía plástica va incrementando a nivel mundial.
Después de pasar por una cirugía, muchos pacientes, independiente de las razones y motivos que tuvieron para pasar por el quirófano, cuando llega la hora de ver los resultados definitivos están conformes con "el nuevo cambio": los problemas funcionales están resueltos o la apariencia física es la deseada, por ejemplo. Sin embargo, no todas las personas no están conformes con su primer o segundo cambio y van en la búsqueda de "mejorar" aún más, es en este momento cuando se habla de una posible adicción a la cirugía plástica.
Una adicción es aquello que termina por gobernar tu vida, en este caso, la cirugía plástica.
Seguramente en la televisión o bien, en el mundo del espectáculo has visto casos de personalidades que son adictas a la cirugía plástica, ya que es una patología fácil de identificar. Aún así, las personas adictas a la cirugía estética son aquellas que no les importa gastar miles de pesos en tratamientos y procedimientos que les ayuden a verse mejor. Pero, en realidad no es cuestión de que se vean bien o no, es más por motivos de satisfacción-seguridad, lo que se consigue con los resultados. Estas personas constantemente se la pasan adentro de los quirófanos para retocar cualquier área facial o corporal; incluso vuelven a pasar por el mismo procedimiento quirúrgico para marcar más los resultados.
Una persona no adicta a la cirugía plástica al momento de cuestionarle cuántas partes de su cuerpo le gustarían cambiar, ellas te responderán que 1 o máximo 3. Por otra parte, las personas que si son adictas a éstas no te darán una respuesta precisa, ellas comenzarán por decir que su nariz no les gusta, tampoco están conformes con sus caderas, glúteos, piernas… y la lista es larga, incluso mencionará nuevamente la zona que ya le ha sido operada.
A continuación te compartimos algunas preguntas que deberá responder con honestidad para saber si es adicto o no:
Si tu respuesta ha sido "Si" a la mayoría de las preguntas, cuidado, posiblemente presentes un problema de adicción ala cirugía estética. Se te recomienda acudas por ayuda psicológica para que te ayude a aceptarte como eres y a sentirte bien contigo mismo.
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